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La solemnidad de la anunciación del Señor

(puesto al día 25/3/2020)

El día de hoy la Iglesia celebra la Anunciación del Señor, un evento central para nuestra salvación. En Navidad celebramos la Natividad de nuestro Señor, pero hoy celebramos la Encarnación de nuestro Señor, dos misterios importantes muy vinculados y destinados a ser celebrados. De hecho, la Iglesia quiere que celebremos hoy, que nuestras penitencias cuaresmales se suspendan por un día.

Este es un día de fiesta en honor a nuestro Señor en primer lugar, pero también es una fiesta para María. Celebramos a ellos dos y a su amor: el amor de Jesús, del que, él se despojaría de la gloria y nacería de una mujer, un hombre semejante a nosotros menos en el pecado; El amor de María: a través de su Inmaculado Corazón, ella estaba completamente dispuesta a decir sí a la voluntad de Dios, para ella y para todos nosotros. Hoy, estamos verdaderamente agradecidos por el amor de Dios y por el amor de María. Cuando el amor de Dios y el amor del hombre se unen, suceden grandes cosas.

Cuando María aceptó ser la Madre del Hijo de Dios, no sabía qué implicaría eso. No tenía idea de las bendiciones o el dolor que seguiría, pero incluso sin saberlo, su fe perfecta le permitió decirle sí a Dios. Ella sabía que la voluntad de Dios es la única voluntad que importaba. La obediencia a él siempre llevaría a las mejores cosas para ella y su Hijo, incluso si esto incluyera el sufrimiento.

Debemos orar cada día para que nosotros así como María también podamos estar abiertos a la voluntad de Dios. Su voluntad es siempre la mejor manera, llena de bendiciones, por supuesto, pero también llena de dificultades. Todo santo en el cielo sabe que esto es verdad. No hay un solo Santo que no haya llegado allí siguiendo la voluntad de Dios, incluso si eso significó un gran sufrimiento porque el amor y el sacrificio siempre van de la mano.

Durante este momento difícil en el que debemos confiar completamente en las gracias de Dios, debemos abrirnos a ellas de una manera diferente a la que estamos acostumbrados. Hasta que podamos reunirnos nuevamente ante el altar, debemos hacer un esfuerzo para orar aún más, para dedicarnos a la caridad, la paciencia y las buenas obras. La penitencia es un medio efectivo para mantenernos enfocados en Dios y la santidad. Este es un tipo de Cuaresma muy diferente que estamos teniendo, pero puede convertirse en uno de los mejores que hemos tenido si lo hacemos bien.

Dios nuestro, que quisiste que tu Palabra asumiera la realidad de nuestra carne en el seno de la Virgen María, concede, a quienes proclamamos a nuestro Redentor como verdadero Dios y verdadero hombre, que merezcamos participar de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Mensaje Importante

El Arzobispo de Omaha, George Lucas, está decidido a cooperar plenamente en interés de la salud pública con las nuevas limitaciones del COVID-19 establecidas por los gobiernos locales, estatales y nacionales. Con ese fin, con vigencia inmediata y por un período de tiempo indeterminado, todas las misas públicas, celebraciones comunales de los sacramentos y otras liturgias se suspenden indefinidamente. Todas las reuniones y eventos en St. Peter también se cancelan durante la suspensión.